“Disputar la PING Junior Solheim Cup es un recuerdo para toda la vida”

16 Mar
  • By Dacil
  • / D&B

El equipo europeo, con las españolas Cayetana Fernández y Andrea Revuelta en sus filas, consiguió imponerse por tercera vez en la historia de la PING Junior Solheim Cup al superar al equipo de Estados Unidos por 13 a 11 y tras protagonizar una especular remontada el último día en el campo de Sylvania Country Club, en Ohio (EEUU).

Cayetana y Andrea, las dos madrileñas, son amigas, compañeras e incluso rivales, como durante la pasada edición de la Copa de S.M. La Reina, cuando se enfrentaron en semifinales. En esa ocasión, el triunfo cayó del lado de Cayetana, que acabaría adjudicándose el torneo ante la alemana Charlotte Back.

Ambas jugadoras son dos claros ejemplos de la prolífica cantera del golf español y por ese motivo fueron elegidas directamente por la capitana de la PING Junior Solheim Cup de 2021, Annika Sorenstam, para formar parte del equipo.

Tanto Cayetana como Andrea recibieron la comunicación de que habían sido seleccionadas para el equipo europeo de la PING Junior Solheim Cup por teléfono y fue la propia Annika Sorenstam la que habló con ellas en persona.

“Estábamos en el Interterritorial Absoluto, yo estaba jugando y al terminar, vi en mi móvil varias llamadas perdidas de un número oculto. Al principio pensé que podía ser la típica broma, así que cuando me volvieron a llamar estaba un poco a la expectativa, pero cuando oí que hablaban en inglés enseguida me di cuenta de que era Anikka Sorenstam. Se presentó, me dijo que me habían elegido para jugar la PING Junior Solheim Cup y que estaba muy contenta de que formara parte del equipo”, recuerda Cayetana.

“Cuando colgué el teléfono no me lo podía creer, estaba muy contenta. Enseguida llamé a mis padres para contárselo y fue un momento muy emocionante. Sabía que estaba entre las candidatas pero no sabía que había sido elegida”, continúa.

En el caso de Andrea, también fue Annika Sorenstam quién se lo comunicó telefónicamente, pero más tarde, ya que su móvil tenía restringidas las llamadas de números ocultos. “Vi que tenía varias llamadas perdidas de números ocultos y yo también pensé que sería una broma, pero cuando vi que Cayetana cogía el teléfono y se iba de la mesa –estábamos juntas en un torneo-, le hice señas y me dijo que era Annika. Fue increíble. Así que entendí que mis llamadas eran por la misma razón”, relata Andrea.

“La conversación fue bastante corta. Me dijo que estaba en el equipo y que no había conseguido comunicarse conmigo. Le di las gracias y estaba muy emocionada. Yo sabía que me iba a llamar para decirme que entraba en el equipo europeo pero cuando hablas con ella y ves que es verdad, sientes una alegría enorme”, recuerda.

“Me dijo que no se lo podía decir a nadie pero no me lo pude callar. Se lo dije a mis padres y a mis amigos”, apunta Andrea.

Tanto Cayetana como Andrea coinciden en la alegría añadida de que hubiera otra española en el equipo. “Me encantó que eligieran también a Andrea, ya que jugar con otra española es un apoyo muy importante. Pudimos jugar juntas y la verdad es que Andrea y yo nos compenetramos muy bien en los partidos Foursome. Me encanta jugar con ella”, confiesa Cayetana.

“Con ‘Cata’ he jugado muchos Foursomes, nos compenetramos fenomenal. Empezamos ganando a la pareja americana, que estaba integrada por dos de las jugadoras más fuertes del equipo estadounidense -Megha Ganne y Amari Avery-, pero terminamos perdiendo en el último hoyo. En cualquier caso, jugamos muy bien y luchamos hasta el final”, apunta Andrea.

“Andrea y yo nos compenetramos muy bien juntas. Hemos jugado Foursomes en otros torneos como los Interterritoriales. Ganar es complicado, pero nos lo pasamos muy bien y luchamos hasta el final, que es lo importante”, añade Cayetana.

Las dos jóvenes jugadoras también confiesan los nervios que sintieron al llegar al tee del hoyo 1 en el primer partido de Foursomes de la pasada PING Junior Solheim Cup. “Recuerdo que de pequeña me ponía muy nerviosa en los campeonatos cuando llegaba al tee del 1, pero con el tiempo lo fui superando. Sin embargo, en la PING Junior Solheim Cup volví a tener ese sentimiento. Le dije a ‘Cata’: ‘Estoy súper nerviosa’ y ella me miró y me dijo: ‘Yo también’. Y además salía yo primera. Desde el tee la calle la veía muy, muy estrecha. Tener a ‘Cata’ al lado me ayudó un montón para sobrellevar esos nervios”, señala Andrea.

Y estar a las órdenes de una leyenda como Annika Sorenstam, lejos de imponer, fue todo un acicate. “Al principio, impone un poco, pero siempre se mostró muy cercana y daba unas charlas muy motivadoras. Hacía que te emocionaras. No tengo duda de que una de las razones por las que conseguimos ganar fue por ella. Fue una gran capitana. Y cuando iba por el campo, había veces que nos anima en español. Nos decía: ‘¡Vamos, chicas!’”, dice Cayetana.

“Anikka nos lo puso muy fácil. Nos ayudaba mucho quitándonos presión. Es una persona que lo hacía todo con humildad y no te sentías presionada. Eso nos ayudó mucho”, coincide Andrea.

Y así fue como se consiguió una remontada casi imposible en los partidos individuales del último día. “Recuerdo estar todo el equipo en la sala de reuniones. Teníamos que ganar 9 partidos de 12. Empezó a hablar Annika y se produjo un silencia increíble. Todas la mirábamos con los ojos haciendo chiribitas. Te llegaban tanto las palabras, que fue increíble. No tengo duda de que ganamos gracias a eso”, explica Andrea.

“Sí, recuerdo esa charla. Annika dijo que no le importaba como fuera el marcador, que disfrutáramos de la experiencia porque igual sólo la teníamos una vez en la vida, que saliéramos al campo a disfrutar, que fuéramos a por todas y que si ganábamos, bien, y si no, que no pasaba nada”, apunta Cayetana.

“En individuales, yo tuve un partido bastante complicado –frente a Yana Wilson- que acabó en empate en el último hoyo y cuando vi cómo iban el resto de partidos y vi que íbamos remontando, fui a animar al resto de compañera que todavía estaban jugando. Cada vez veías más cerca el triunfo y la verdad es fue una remontada brutal. Y en ella tuvo mucho que ver la charla de Annika, en la que no nos metió presión, sino que nos dijo: ‘Salir a disfrutar’”, recuerda Cayetana.

El bagaje particular de Cayetana y Andrea en la PING Junior Solheim Cup de 2021 también las dejó una pequeña espinita, ya que no lograron ganar ningún partido. Ambas perdieron sus encuentros de Foursome y Fourball, mientras que Cayetana empató su enfrentamiento individual y Andrea perdió el suyo. “No haber conseguido ganar ningún partido sí que deja una espinita, pero en este torneo lo importante es el equipo y casi no me acuerdo de ello. Sí me hubiera gustado ganar todos mis puntos pero lo importante es el resultado final. En mi partido individual, por ejemplo, Yana Wilson metió un putt de diez metros para empatar en el último hoyo y contra eso no puedes hacer nada. Le das la enhorabuena y ya está”, rememora Cayetana.

Algo más dura consigo misma es Andrea recordando su resultado en los partidos individuales: “Me sentí muy mal cuando perdí mi partido. Sentí que no había dado lo máximo y que podía haber ganado, pero enseguida cambié el chip y fui a animar al equipo. Te da rabia no haber ganado ningún punto, aunque lo importante sea el equipo”.

En cualquier caso, la experiencia de la PING Junior Solheim Cup va más allá de ganar o perder. Representa la oportunidad de que las mejores jugadoras junior del mundo se conozcan y fomenten unos valores tan esenciales como el respeto, la amistad o el compañerismo.

“En la pasada PING Junior Solheim Cup todas las jugadoras europeas nos llevamos muy bien desde el principio. Creo que ese fue otro punto a favor para que lográramos la victoria. Ya nos conocíamos de antes, habíamos competido entre nosotras y tuvimos muy buena relación. Andrea y yo nos llevamos muy bien con la italiana Francesca Fiorellini, somos muy amigas y siempre que nos vemos en algún torneo nos saludamos como mucho cariño. Siempre te queda ese recuerdo de haber ganado la PING Junior Solheim Cup juntas”, destaca Cayetana.

“En cuanto a la relación con las jugadoras americanas, al principio estábamos más distantes pero con los días fuimos conociéndonos mejor, íbamos todas juntas en el autobús y poníamos música de diferentes países. Fue muy divertido. Me lo pasé muy bien. Es un recuerdo que me quedará para toda la vida”, añade.

“Hicimos equipo en muy poco tiempo y creo que esa fue una de las claves de nuestra victoria”, coincide Andrea.

Con esas vivencias y esos recuerdos, no es de extrañar que tanto Cayetana como Andrea tengan marcado en rojo la fecha de la próxima PING Junior Solheim Cup, que se disputará en La Zagaleta los días 18 y 19 de septiembre de 2023. Ambas lo tienen muy claro. “Nos gustaría jugar otra vez la PING Junior Solheim Cup, pero sobre todo, la Solheim Cup. Ese es nuestro objetivo para el futuro”, declaran casi al unísono.

Y si se lo proponen, a buen seguro que lo conseguirán.

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